Farolillos, lunares, mantillas, abanicos y claveles fueron los protagonistas de esta boda rociera que se celebró en el Empordà catalán, concretamente en un hostal a primera línea de la playa situado en l’Escala.
Los novios quisieron recrear una auténtica feria de abril con una caseta que hacía de photocall, camareros vestidos de cordobeses y hasta un coro rociero que amenizó la hora del aperitivo. Al llegar la noche, el escenario cambió para transformarse en una disco estilo años 80, con bolas de discoteca incluídas.
El día anterior, los novios ofrecieron un cóctel de bienvenida a la llegada de los invitados al hotel. Para ello, Linnet Events creó un espacio chillout con sofás, mesas bajas y farolillos, con la ayuda de Atmosfera Barcelona.
Fotos: Ariadna Arnés